Carmen es una típica madre que ama a sus hijos y se preocupa por su salud alimentaria. Ella tiene tres hijos de edad escolar y constantemente se encuentra en el siguiente dilema: ¿qué preparar para el almuerzo, desayuno, y cena? ¿Qué merienda les dará a sus hijos para que estén sanos?
Recientemente me preguntó al respecto y yo, aunque no soy una nutricionista, soy mucho mayor que ella y además cristiana. Creo que eso la llevó a preguntarme, además de que somos amigas y ella dice que admira a mis hijos y quisiera que los suyos también crezcan sanos y fuertes.
Aquí esbozo la respuesta que le di, y les enseñaré cómo aproveché esto no solo para darle mi opinión y consejo, sino que además compartí con ella mis creencias y lo que el mismo Dios nos dice con respecto a la importancia de prestar atención a lo que comemos. A eso que llamamos salud alimentaria.
¿Qué es la salud alimentaria y por qué es importante?
Antes de definir este término, quiero decirles que la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) de 2018, hecha en México, reveló que 106,525 personas murieron a causa de la diabetes. ¡Es una cifra alarmante! ¿Verdad?
Pero lo más alarmante es que, según la organización El Poder del Consumidor del mismo país, estima que uno de cada dos niños mexicanos sufrirá diabetes a lo largo de su vida.
Evitar enfermedades como la diabetes y otras vinculadas a la mala alimentación es imprescindible si queremos que nuestros niños tengan un desarrollo integral. Que además llevan una adultez saludable, próspera y productiva. Aquí radica la importancia de la salud alimentaria.
Entonces ¿Qué es la salud alimentaria? Bueno, aquí vamos. La salud alimentaria son los hábitos de alimentación que nos permiten llevar una vida sana. Hablamos de evitar consumir aquellos alimentos que la ciencia ya ha demostrado que pueden ser dañinos para nuestro cuerpo.
La salud alimentaria también incluye lo siguiente:
- La frecuencia con la que comemos.
- La cantidad y calidad de esos alimentos.
- La combinación correcta de nuestras comidas.
¿Cómo es una alimentación sana?
Independientemente de cuál sea nuestro lugar de origen, todos deberíamos tener una alimentación balanceada. Independientemente del nutriólogo de moda o de la dieta que estemos llevando, una alimentación balanceada es la clave para lograr la anhelada salud alimentaria.
Y si queremos tener una buena salud, debemos concientizarnos en consumir lo que en realidad le hace bien a nuestro organismo. Para ello, es necesario que nos informemos en qué consiste una alimentación saludable.
Si eres una persona con una buena salud, presta atención a lo siguiente:
Esta ilustración muestra los alimentos que deberíamos comer en mayor y menor cantidad. De ahí podemos hacer una evaluación de nuestra dieta. ¿Cuál es la dieta ideal para una buena salud alimentaria? ¿Notas que según esta pirámide debemos ingerir una gran cantidad de agua? ¿Qué alimentos deberíamos aumentar en consumo?
Ahora quiero que veas el siguiente video donde expertos nos hablan sobre el tema de los alimentos. Y luego que lo hayas visto podrás sacar tus propias conclusiones y analizar cómo están tus hábitos alimenticios.
Ahora que has escuchado lo que dicen los expertos sobre estos alimentos, tal vez estarás dispuesto a cambiar tus hábitos alimenticios, o tal vez no. Después de todo hay personas que no se guían por lo que es recomendable, sino por lo que les gusta; aunque esto no siempre es lo más recomendable para lograr la salud alimentaria que todos anhelamos.
Influencia cultural en nuestra alimentación
En nuestro país, Colombia, hay una diversidad cultural que varía de acuerdo a la región donde vivimos. Esto influye directamente en lo que comemos. Les hablaré específicamente de la costa caribe colombiana, pues es donde vivo. Todo esto, a fin de que entiendan lo que le dije a mi amiga Carmen.
Tradicionalmente, el costeño de la región Caribe colombiana es dado a consumir una gran cantidad de frituras, de hecho, las empanadas, carimañolas, arepa frita, patacones (plátano frito prensado) buñuelos, pescado frito, pollo frito, no faltan en la mesa. Añadimos a esta lista una gran cantidad de carbohidratos, arroz y pasta.
Como snack o merienda, los costeños consumimos mucha gaseosa o refrescos artificiales, galguerías en bolsa como papitas fritas, tajadas de plátano fritas, yuca frita, rosquillas, chitos (a base de maíz y con alto contenido de grasa), perros calientes, hamburguesas, pizza y pan.
Debido al alto costo de la canasta familiar, el consumo de carnes es limitado a aquellos que tienen los medios económicos para darse ese gusto. Hablo de carnes frías como chorizo, morcilla, salchichón, salchicha, huevos, carne de res, de pollo, de cerdo y pescado.
Y ya sabemos que el problema del bajo nivel de ingresos afecta a las familias al momento de comprar los alimentos que necesitan para mantener una buena salud alimentaria. Pero qué le vamos a hacer. Tenemos que intentar hacer un buen balance con lo que podemos comprar.
El consumo de frutas y verduras es un poco más reducido, así como el de granos o leguminosas como los frijoles, las lentejas, las alverjas, el garbanzo, la quinua entre tantos. Ciertamente que, entre más bajo el nivel social, menor presencia de una alimentación sana.
SOMOS LO QUE COMEMOS
Es posible que hayas oído esta expresión en alguna otra oportunidad y a lo mejor no la entendiste. Pues, te diré que esto es una gran realidad. Las personas se viven quejando de muchas enfermedades o condiciones que no les permiten disfrutar de la vida, como por ejemplo:
- Exceso de peso
- Muy bajo peso
- Bajos niveles de energía
- Acné
- Dolores de cabeza
- Problemas en los riñones
- Baja autoestima
- Alto colesterol
- Altos niveles de triglicéridos
¿Qué suele hacer la gente? Pues va al médico y éste les prescribe una serie de medicamentos, mientras que otros, en el peor de los casos se automedican. Y a la larga lo que hacen es intoxicar su organismo aún más. Mientras esto les quita un síntoma, les causa daños colaterales.
Aún no se dan cuenta de que lo que necesitamos es mejorar nuestros hábitos alimenticios, ya que una buena nutrición nos asegura un mejor estado de salud. Por ejemplo, necesitamos ingerir 8 vasos de agua al día, esto ayudará a que nuestros órganos funcionen mejor.
¿Qué dice La Biblia al respecto?
Por otra parte, si eres una persona que quiere agradar a Dios, seguramente te gustaría saber lo que Él piensa al respecto. No podemos esperar que Dios se sienta agradado con que un hijo suyo no preste atención a lo que dice su manual que es La Biblia.
Cuando Dios nos creó, también dispuso árboles y una gran variedad de plantas que servirían de alimento. (Génesis 1:29) Y es que en la variedad de frutas, verduras y leguminosas se encierra una gran fuente de vitaminas, minerales y proteínas que necesita nuestro cuerpo para estar sano.
El capítulo uno del libro de Daniel en La Biblia nos relata cómo a través de las disposiciones reglamentarias que Jehová dio a su pueblo Israel, cuatro jóvenes hebreos que vivían en el exilio en Babilonia decidieron respetar estas leyes que regulaban su dieta, y al final demostraron como Dios no solo los protegió, sino que además sobresalieron en sapiencia.
Son muchos los cristianos que se dejan seguir por su gusto más bien que por la sabiduría divina. No es mi intención hacer señalamientos, ni juzgar a nadie. Solo busco invitarlos a reflexionar en la importancia que tiene para nuestra vida el comer sano según la regulación divina.
¿QUÉ RESOLVERÁS HACER?
Sea lo que sea que decidas hacer, resuélvete a hacer lo que es más conveniente para ti y tu familia. Así evitarás dolores de cabeza que pudiste haber prevenido tan solo prestando atención al consejo divino. Precisamente esto es más o menos lo que le dije a mi amiga Carmen.
Le aconsejé que invirtiera un poco más en la alimentación de su familia y que mejorará los hábitos alimenticios de su casa sacando de su dieta alimentos innecesarios como los refrescos artificiales, ricos en azúcar y de bajo contenido nutricional.
Es mejor enseñar a nuestra familia que, después de todo, no hay mejor medicina que una buena nutrición. El sol, el aire, el agua y el ejercicio no cuestan mucho o tal vez no nos cuestan nada, sin embargo, nos proporcionan bienestar junto con una alimentación balanceada y sana.
Si eres tan valiente de haber llegado hasta el final de este texto, te pido que por favor, contribuyas con un comentario. Nos gustaría saber, por ejemplo, qué tipo de dieta llevas y cómo contribuyes para mejorar tu salud alimentaria.