Devocional lunes 9 de julio 2021
Título: Protección contra la sensualidad.
Hebreos 12:14-27
Expositor: José Gomera
Dios los bendiga a todos, en el nombre de Jesús. Les de la fuerza para resistir las tentaciones del enemigo. En el devocional de hoy, hablaremos sobre cómo podemos protegernos contra la sensualidad.
La sensualidad o, más específicamente la búsqueda del placer sexual, es el origen de la mayoría de los pecados que frenan a quienes sienten la necesidad del Señor, pero no vienen a Él. Al mismo tiempo, la sensualidad se convierte en la mejor arma del enemigo para descarriar a las ovejas del Señor.
Pero ¿Qué es la sensualidad? ¿Por qué es importante protegerse contra ella? Y ¿Qué beneficios obtenemos de evitar los pecados que acarrea? Para desbloquear estas preguntas, continúa leyendo. También te invitamos a que también escuches el audio sobre este devocional.
¿Qué es la sensualidad?
Para entender mejor este devocional, veamos dos definiciones importantes:
PROTECCIÓN: Al hablar de protección podríamos decir que es un especie de escudo, una barrera o verja perimetral que protege algún bien.
SENSUALIDAD: La sensualidad según la real academia de la lengua española, es una propensión excesiva a los placeres de los sentidos. Esto provoca provoca o conlleva una reacción emocional a otra persona.
De lo antes dicho podríamos decir que LA PROTECCIÓN DE LA SENSUALIDAD es esa barrera o escudo que protege nuestra sensualidad. La sensualidad es una característica del cuerpo no espiritual, la protección de nuestra sensibilidad no sólo nos ayuda a nosotros mismos, sino que protege a otros de no caer en tentación por un descuido de nosotros.
Jonathan Del Rosario
Protección contra la sensualidad (Hebreos 12:14-27)
¿Cómo protegernos contra la sensualidad? Primero, veamos lo que nos dice Pablo en Hebreos 12:14-27
14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
15 Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;
16 no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura.
17 Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas.
18 Porque no os habéis acercado al monte que se podía palpar, y que ardía en fuego, a la oscuridad, a las tinieblas y a la tempestad,
19 al sonido de la trompeta, y a la voz que hablaba, la cual los que la oyeron rogaron que no se les hablase más,
20 porque no podían soportar lo que se ordenaba: Si aun una bestia tocare el monte, será apedreada, o pasada con dardo;
21 y tan terrible era lo que se veía, que Moisés dijo: Estoy espantado y temblando;
22 sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles,
23 a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos,
24 a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.
25 Mirad que no desechéis al que habla. Porque si no escaparon aquellos que desecharon al que los amonestaban en la tierra, mucho menos nosotros, si desecháremos al que amonesta desde los cielos.
26 La voz del cual conmovió entonces la tierra, pero ahora ha prometido, diciendo: Aún una vez, y conmoveré no solamente la tierra, sino también el cielo.
27 Y esta frase: Aún una vez, indica la remoción de las cosas movibles, como cosas hechas, para que queden las inconmovibles.
¿Por qué mantenernos Santos?
Ya sabemos que los pecados que acarrea la sensualidad son la lujuria, lascivia, adulterio, entre otros. En un mundo donde todo gira en torno al YO; a conseguir el gozo en su máxima expresión sin importar con quién o, incluso, con quienes ¿Por qué debemos mantenernos Santos y cómo podemos lograrlo?
En el texto bíblico encontramos algunos versículos que nos dan la clave para contestar esta pregunta. Por ejemplo, en el versículo Hebreos 12:14 nos habla de “seguir la paz y la santidad” requisitos sine quanon, es decir, imprescindibles para ser merecedores de la morada eterna.
Hebreos 12:27-28 habla de la remoción de las cosas movibles para que queden las inconmovibles…para que, mediante ellas sirvamos a Dios agregándoles con temor y reverencia.
¿Por qué con temor y reverencia? En el versículo 29 nos dice que debemos servir con temor y reverencia porque “nuestro Dios es fuego consumidor”. Y todo esto suena muy bonito y se lee muy bien, viéndolo con los ojos del mundo, hasta podríamos decir, que bastante poético.
¿Cómo mantenernos santos y fortalecer nuestra coraza contra la sensualidad?
La cuestión es ¿Cómo logramos mantenernos Santos? Primero recordemos que santidad es sinónimo de preparación. Es decir, la Biblia se refiere a preparar nuestra alma y nuestro espíritu, hacerlos aptos para recibir las cosas inconmovibles, esas cosas que no vemos, pero que nuestro Cristo nos promete en el día del Señor.
Si hacemos un breve recorrido por Hebreos y llegamos hasta el Capítulo 13, versículos 20 y 21 encontramos que Pablo nos habla de que “el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo…Os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo Él en vosotros lo que es agradable delante de Él por Jesucristo».
Un momento, ¿Qué significa esto? Que la única forma de lograr de conseguir una coraza dura, firme e indestructible contra la sensualidad que permea en este mundo, es haciendo lo siguiente:
- Cultivar, todos los días, a todas horas, donde quiera que vayamos, los frutos del Espíritu de Gálatas 5:22-23.
- Leer la Palabra diariamente.
- Cultivar nuestra relación con Dios, mediante el ayuno y la oración.
Si descuidamos esto, si no perseveramos en lo anterior, podríamos caer presos de las tentaciones y, de paso, perder nuestra Salvación.
Compartir la Palabra de Dios es hermoso, porque nos permite escuchar las experiencias de nuestros consiervos, a partir de las cuales podemos entender cómo mantener la santidad. Por favor, comparte cómo has logrado mantenerte firme, luchando contra las tentaciones que pone el diablo en bandeja de plata.