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Estudio Bíblico Romanos 11: cuarta parte

Autor: Pastor Ángel Adames

En esta cuarta entrega del estudio bíblico de Romanos 11, el pastor Ángel Adames habla del tecnicismo utilizado por Pablo en esta epístola. El autor habla desde su experiencia y su expertise como científico del Instituto Dominicano de Investigaciones Agropecuarias y Forestales (IDIAF). Para consultar las tres primeras partes de este estudio, haz clic en los siguientes enlaces:

EL TECNICISMO UTILIZADO POR PABLO EN ROMANOs 11:17-24

Para facilitar al lector el entendimiento de lo que Pablo está tratando en este capítulo 11 de Romanos, no solo basta mirar el contexto, sino también dominar esta metáfora, este ejemplo o esta técnica del injerto que El usa. Esta técnica utilizada por Pablo es una práctica de las ciencias agronómicas muy común en el contexto judíos y el apóstol está esperanzado en que este símil le ayudara a explicar lo que Él llama un misterio. 

Aprovecharé mi especialidad en el área de mejoramiento de plantas para tratar de dar a entender y explicar lo más cercano posible a lo que Pablo quiso enseñar con esta ilustración. En términos de ciencia agronómicas, el injerto es un método de propagación vegetativa artificial de las plantas en el que una porción de tejido procedente de una planta (injerto), se une sobre otra ya establecida o sembrada para tales fines (el patrón o portainjerto), de tal modo que ambos crezcan juntos y se complementen mutuamente. 

En el injerto se produce una unión tal, que no se pueden separar, y si se separan ambos posiblemente mueren, o no cumplen el propósito para el cual se hizo, dependiendo la especie. El injerto más frecuente es el que se hace sobre un patrón más rústico sembrado previamente. Este patrón debe ser del mismo género, con frecuencia aporta características de resistencia a enfermedades y adaptabilidad que sirven de fundamento y sustento al injerto, que es sobre el cual se cosecharán los frutos. 

De modo que, lo normal es que el patrón sea silvestre o rústico y el injerto sea de la planta domesticada. En ocasiones se pueden injertar yemas de variedades diferentes de la misma especie en un solo patrón, obteniéndose así, varios tipos de frutos o flores con características diferentes sobre un patrón común. Por ejemplo: un patrón de naranja agria se deje ramificar y se injerta una yema de naranja dulce en una rama, otra de limón persa en otra rama y una de mandarina en otra, al final tenemos una planta en la que podemos cosechar naranja dulce, limón persa y mandarina simultáneamente.

El injerto en la planta de olivo era muy común, por esa razón Pablo utiliza esta práctica para explicar lo que él llama un misterio. El calificativo de misterio se debe a que es algo contra naturaleza, esto es, injertar el olivo silvestre sobre el olivo domesticado. Lo que se estila es hacer lo contrario y una vez que el injerto comienza a crecer se elimina la parte vegetativa del patrón y se deja solo parte del tallo, el tronco y el sistema radicular, los cuales se encargaran de sustentar al injerto sobre el cual se cosecharán los frutos.

Eso es lo que indican las ciencias agropecuarias como el procedimiento común o normal para el injerto. Sin embargo, el Apóstol Pablo, a manera de argumento, habla de un injerto contrario al procedimiento natural. El habla en Romanos 11:24 de Dios injertando el olivo silvestre (los gentiles) dentro del buen olivo (el remanente judío), (https://www.radioshofar.org).

Es importante entender los procesos que se dan en el injerto para tratar de tener una mejor interpretación de lo que el Apóstol Pablo quiso transmitir con esta figura que utilizó en Romanos 11. Para Rojas, et al. (2004), en el injerto, los tejidos de ambas plantas deben entrar en contacto. En ningún momento las células del patrón y el injerto se mezclan ni se tienen influencia una con otras; los tejidos por encima y debajo del punto de injerto permanecen por completo diferentes. 

La unión viene dada por la formación de un callo parenquimatoso en la incisión que se realiza al patrón. Algunas de las células del callo se transforman, en condiciones adecuadas, en un meristemo cambiante que puede volver a producir tejido vascular, estableciendo así la comunicación simplástica (transporte intracelular de sustancias) entre ambas partes. Otro asunto que plantea Rojas, es que el injerto sólo es posible entre especies más o menos estrechamente relacionadas.

En ese sentido, Rojas plantea que, aunque existen excepciones muy raras, puesto que, de otro modo, los tejidos resultan incompatibles y la conexión vascular necesaria para la supervivencia de la variedad no se realiza. Normalmente el límite está dado por la pertenencia a un mismo género, (Rojas González, et al, 2004). Les dejamos aquí algunas fotos que ilustran el olivo mejorado y silvestre, así como, varios tipos de injertos.

El próximo sábado, publicaremos la quinta y última parte de este interesante estudio. Mientras esperas, te invitamos a escuchar la biblia en audio, tu complemento perfecto en el estudio de La Palabra de Dios. Escucha La Biblia Hablada directamente desde nuestro sitio web, de este modo, no tienes que ocupar memoria de tu dispositivo descargando los archivos.

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