La fe está entrecruzada a lo que no se puede ver, trae lo invisible a lo visible, actúa en el presente. Para comenzar, te insto a tomar la Palabra de Ezequiel 3:9 para tu vida: «te haré fuerte como la roca e inquebrantable como el diamante».
“La fe demuestra la realidad de lo que esperamos; es la evidencia de las cosas que no podemos ver.” (Hebreos 11:1).
Ella, la fe en Jesucristo, nos abre puertas, nos da confianza y poder para lograr grandes conquistas.
¿Qué significa ser como diamante?
En la mineralogía el diamante significa invencible e inalterable. Se origina del calor, la presión y procesos de billones de años. Es una piedra preciosa conformada por carbono puro cristalizado, que es el más duro y brillante de todos los metales y se forma en condiciones de temperaturas muy altas. Esta gema tiene cinco cualidades que lo destacan sobre el resto de los minerales. A saber:
- Dureza: El diamante es la sustancia natural más dura conocida, lo que significa que es extremadamente resistente a los rasguños y las abrasiones.
- Brillo: El diamante tiene una alta refracción y dispersión de la luz, lo que le da un brillo y un destello característicos.
- Pureza: El diamante es una de las sustancias más puras que existen, y se compone casi en su totalidad de carbono.
- Rareza: Aunque se encuentran en todo el mundo, los diamantes de alta calidad y tamaño son extremadamente raros, lo que los hace muy valiosos.
- Resistencia: El diamante es resistente a la mayoría de los ácidos y productos químicos, lo que lo hace útil en una variedad de aplicaciones industriales.
De esas cinco cualidades del diamante, destacan tres: su dureza, su pureza y su resistencia.
La dureza del diamante es difícil de comparar con otras sustancias naturales o sintéticas, ya que es la sustancia más dura conocida. Sin embargo, se puede decir que es al menos diez veces más duro que cualquier otra gema o mineral.
En cuanto a la pureza, se puede comparar con otras sustancias que están compuestas principalmente por un solo elemento químico, como el grafito, que es la forma más común del carbono. El grafito es mucho más suave que el diamante y tiene una estructura cristalina diferente, lo que significa que no tiene las mismas propiedades físicas.
La resistencia del diamante se puede comparar con otras sustancias que son resistentes a la abrasión y la corrosión, como el acero endurecido o el carburo de tungsteno. Sin embargo, el diamante sigue siendo una de las sustancias más resistentes conocidas debido a su estructura cristalina única y su dureza excepcional.
Debido a lo exclusivo que son los diamantes, estas piedras siempre han sido relacionadas con la voluntad de triunfar en la vida, la perfección y la fe. En cuanto a la vida espiritual, se requiere de un tiempo necesario, la verdad de Dios como alimento para el alma, formación y resistencia, aun en los más grandes desafíos.
¿Con qué propósito debo lograr la fe inquebrantable?
En Ezequiel 3:9 el Señor le revela a Ezequiel con qué clase de gente tendría que lidiar, por lo tanto, qué frente de piedra debería de tener, no cualquier piedra, sino como diamante, la piedra más preciosa y la frente más fuerte que la de sus enemigos.
Te haré fuerte como la roca e inquebrantable como el diamante: Recordando lo que dice Ezequiel 3:8-9
“8 Sin embargo, mira, te he hecho tan obstinado y duro de corazón como ellos. 9 ¡Endurecí tu frente tanto como la roca más dura! Por lo tanto, no les tengas miedo ni te asustes con sus miradas furiosas, por muy rebeldes que sean».”
La frente de diamante guarda la mente y el corazón del dolor, las palabras hirientes, el desprecio y ayuda a mantener el gozo, la paz y la alegría.
¡Hay un consejo de Dios para ti!
Hoy Dios, a través de su Santo Espíritu, pone en ti la fuerza de un diamante, ofrece protección para tu mente y corazón. ¡Sé cómo diamante!, con resistencia y fe inquebrantable, que brilla; no permitas que nadie te opaque, Dios te ha puesto en esa posición.
¿Cómo lograr la fe inquebrantable?
En su visión, el profeta Ezequías se comió el mensaje de Dios y pudo darse cuenta de que no solo era bueno, sino que también era delicioso y dulce como la miel. La palabra de Dios endulza nuestra vida, la fortalece y da sabiduría.
“La voz me dijo: «Hijo de hombre, come lo que te doy, ¡cómete este rollo! Luego ve y transmite el mensaje a los israelitas». 2 Así que abrí la boca y él me dio a comer el rollo. 3 «Llénate el estómago con esto», me dijo. Al comerlo, sentí un sabor tan dulce como la miel.” (Ezequiel 3:1-3).
Dios nos hace fuertes como la roca cuando sus promesas son el fundamento que nos sostiene, la voluntad de Dios es que seamos inquebrantables.
De hecho, en la Biblia existen múltiples versos que afianzan -y nos dan confianza- sobre el hecho de que Dios saca lo mejor de nosotros. Que fortalecen sus palabras cuando dice «te haré fuerte como la roca e inquebrantable como el diamante». Veamos cinco versículos y cómo estos se relacionan con el tema:
- Romanos 10:17 – «Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios.» Escuchar y leer la Palabra de Dios puede fortalecer la fe y la conexión con lo divino.
- Filipenses 4:6-7 – «Por nada estéis afanosos, si no sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.» Orar y confiar en Dios puede fortalecer la fe y traer paz y tranquilidad.
- Hebreos 11:1 – «Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.» La fe implica confianza y certeza en lo que no se puede ver.
- Mateo 21:22 – «Y todo lo que pidiereis en oración, creyendo, lo recibiréis.» La fe y la confianza en Dios pueden hacer que las oraciones sean escuchadas y respondidas.
- Santiago 1:2-4 – «Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Más tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.» Las pruebas pueden fortalecer la fe y aumentar la paciencia y la madurez espiritual.
En resumen, para lograr una fe inquebrantable, es importante escuchar y leer la Palabra de Dios, orar y confiar en Él, creer y tener certeza en lo que no se ve, confiar en que las oraciones serán escuchadas, y entender que las pruebas pueden producir paciencia y madurez espiritual. Entonces, cuando reflexiones en tu mente sobre el significado de «te haré fuerte como la roca e inquebrantable como el diamante», recuerda que Dios quien te lo dice, ¡y sí Él lo dice, Él lo hará!