- Tema: Devocional decisión de seguir a Cristo,
- Base bíblica: Juan 6:60-69
- Expositor: José Gomera
Este pasaje bíblico nos muestra una disertación de Jesús a la multitud y sus discípulos. Aquí vemos el punto álgido de todos los sermones que el Maestro había tenido hasta ese momento. Minutos antes, en Juan 6:35, les hablaba sobre el pan de vida en sí mismo, ahora les habla de los beneficios de comerlo. O, lo que es lo mismo, de la decisión de seguir a Cristo.
El escritor de este libro hace énfasis en las enseñanzas del Maestro, mientras da pinceladas sobre el escenario que se vivía en ese momento. Jesús les enseñaba la verdad. Una que la mayoría no comprendía. Al mismo tiempo, confronta a sus discípulos y los invita a definirse: o siguen al maestro o se van en pos del mundo.
Juan 6:60-69 Palabras de vida eterna
Antes de entrar de lleno con nuestro comentario sobre este pasaje, veamos lo que nos dice la Biblia, de forma literal.
Palabras de vida eterna
60 Al oírlas, muchos de sus discípulos dijeron: Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír?
61 Sabiendo Jesús en sí mismo que sus discípulos murmuraban de esto, les dijo: ¿Esto os ofende?
62 ¿Pues qué, si viereis al Hijo del Hombre subir adonde estaba primero?
63 El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida.
64 Pero hay algunos de vosotros que no creen. Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían, y quién le había de entregar.
65 Y dijo: Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre.
66 Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él.
67 Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros?
68 Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.
69 Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
Juan 6:60-69
La decisión de seguir a Cristo como prioridad en nuestras vidas
En el resto del texto intentaré concentrarme en el lado espiritual del mensaje que el apóstol Juan plasma en Juan 6:60-69. Aquí podemos encontrar tres versículos que nos ayudan a entender el mensaje que Jesús quería imprimir en sus seguidores.
El Espíritu es el que da vida. Pero de qué vida habla el Maestro. El versículo 63 se refiere específicamente a la vida eterna, no a la terrenal. Para que no quepa dudas, Jesús remata aclarando que “la carne para nada aprovecha; las palabras que os he hablado son espíritu y son vida”.
¿Dios hace acepción de personas? No. Gálatas 2:6 aclaran este asunto. Pero en Juan 6:60-69, vemos un versículo que podría llenar de estupor a cualquiera que no profundice en Su Palabra. El versículo 63 dice “Por eso os he dicho que ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado del Padre”.
Ya sabemos que si tomamos este versículo de forma literal, cualquiera puede confundirse y entender que Dios salva a unos y a otros no. Se podría pensar que no todos los que quieran pertenecer a su rebaño tendrían el favor de Dios.
¿Qué significa la expresión “…ninguno puede venir a mí, si no le fuere dado por el Padre”?
Algunos estudiosos de la Palabra sostienen que el Maestro se refiere a que no todos reciben deben recibir La Palabra al mismo tiempo. Sin embargo, sabemos que la Salvación es para todos y que el Padre ya nos la concedió a través del sacrificio de su unigénito.
El versículo 66 muestra cómo muchos de sus seguidores lo abandonan. Lo que muestra que no entendían la misión de Jesus en la tierra. Esperaban un salvador terrenal que los liberara del yugo romano.
Al ser testigos de los milagros que hacía y la seguridad que irradiaba su presencia, entendía que Jesus era ese rey, ese guerrero que los liberaría. Pero en todo el capítulo de Juan 6, Jesús les aclara una y otra vez qué deben comer del pan de vida, que es Su Palabra, para obtener la vida eterna.
Les dejo en claro que solo por Su Palabra serían salvos, pero no entendieron. Como el líder más grande e influyente de toda la historia de la humanidad, Jesus necesitaba asegurarse de que contaba con el equipo adecuado.
Por esa razón, en el versículo 67 lanza un órdago (reto de aceptar algo a cambio de perder todo lo anterior) al resto del grupo: “¿Queréis acaso iros también vosotros?”. O entienden el mensaje o se van en pos del mundo. O comen del pan de vida, de su sangre y de su carne, o no son dignos de ser llamados sus discípulos.
O están dispuestos a sacrificar su estilo de vida por seguir al Maestro o se entregan a los deseos de la carne. Hermanos en Cristo, el pasaje de Juan 6:60-69 es claro, Jesús es el pan de vida, no hay otra salida. O seguimos al Maestro o nos quemamos en el fuego eterno. No hay medias tintas.
Juan 6:60-69 es un llamado a dejar la tibieza
En Apocalipsis 3:15-17 nuestro Señor dice “ Yo conozco tus obras, que ni eres frío ni caliente. ¡Ojalá fueses frío o caliente! 16 Pero por cuanto eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca”.
El Señor nos manda a decidirnos. No podemos estar con una ambivalencia eterna. La oportunidad de decidirnos es ahora. Mientras estamos vivos en este cuerpo, respirando este aire. Dios no quiere a gente tibia en su reino. Como vemos en Juan 6:60-69, o comes del pan de vida o no eres salvo.
Y tú ¿Estás decidido a seguir a Cristo?
Pedro no era frío. Tampoco había tibieza alguna en él. Su incomparable amor por Jesus lo llevaba a ser, quizás, el discípulo más decidido. El mismo Juan, escritor de este evangelio, reconoce que Pedro fue el primero que respondió la pregunta de su Maestro.
Y lo hizo de una forma tajante y absolutamente convincente: “¿a quién iremos? Tú tienes palabra de vida eterna”. Firme y decidido. Así era Pedro. Aun con sus defectos, el Señor prefiere a los que son como Pedro.
Alrededor del mundo, miles de personas reciben a Cristo como su Señor y Salvador. Pero ¿Lo hacen de corazón? ¿Están dispuestos a dejar todo atrás con tal de comer su carne y su sangre? ¿Dejarían todos sus placeres y posesiones terrenales para ir en pos de Cristo?
El órdago que Cristo lanzó a sus discípulos, nos lo lanza a cada uno de nosotros también. ¿Queremos la vida eterna, pero no el sacrificio de abandonar los deseos de la carne? Juan 6:60-69 es una invitación a seguir a Cristo. Pero es una decisión que debemos tomar cada mañana. No solo con nuestras palabras, sino también con nuestras acciones.